La mezcla de semillas es un festival multicolor y multisabor de delicias nutritivas para nuestros platos más imaginativos, y un completo alimento con propiedades curativas si lo incluimos en la dieta habitual.
El sésamo se importa de Egipto, Ghana o India, según producción; las semillas de girasol y calabaza, de Argentina o China; y el lino igual, o también de Italia y Rusia; la amapola llega de Holanda o Alemania, mientras que las almendras siempre son de producción española.
La mezcla de semillas crudas es una mezcla compuesta por sésamo, lino y amapola, con las beneficiosas pipas de girasol y calabaza, y con almendras, que son fruto seco pero también son semilla. Es perfecta en desayunos para empezar el día de forma saludable y energética. Pero también queda delicioso añadido en salsas como la de tomate. Y para los niños siempre será más divertido comer un pisto o un plato de verduras con el toque crujiente de la mezcla que les aportará además muchos nutrientes. Van perfectas también con arroces y pastas. Y en platos fríos queda riquísimo si lo añadimos a cremas, sopas o en ensaladas. Tampoco tardaremos en convertir un helado de yogur en un postre gourmet si lo salpicamos con el mix de semillas.
Y es ideal para hacer panes caseros multicereales. Agregamos unas cucharadas de semillas a la masa y el pan será una auténtica bendición para nuestro paladar y nuestro organismo. O dar el toque cool en ensaladas con la mezcla de semillas de sésamo y amapola crudas, y el chispeante sésamo con caramelizado agridulce.
O el Muesli otra mezcla exclusiva con semillas de sésamo, girasol y calabaza, que triunfa en la cocina creativa, a elegir con acabado tostado con sal y sin frituras o con un delicado caramelizado de azúcar de caña.
Y muy aconsejable para quienes buscan en particular depurar el organismo es la mezcla de semillas de lino y sésamo en polvo y actúa como eficaz regulador intestinal si lo añadimos habitualmente a nuestra dieta.
Las propiedades antioxidantes y anticancerígenas que suma la mezcla de semillas crudas junto con un alto contenido en fibra, trabajan para que nuestro organismo esté más joven y depurado, y si las consumimos de forma habitual nos ayudarán a prevenir trastornos en la salud. Porque reúne vitamina E, ácido fólico, lecitina, ácidos grasos esenciales (omegas), además de proteínas. Y su riqueza en minerales y oligoelementos como magnesio, calcio, fósforo, hierro, potasio, zinc, cobre nos aportan un extra de energía y miran por nuestro sistema nervioso y óseo. La nutritiva mezcla de semillas va muy bien en nuestra dieta como reconstituyente si hacemos esfuerzo físico y mental, en periodos de crecimiento, y en general, para combatir el colesterol y tener un corazón más sano, y contra el envejecimiento por dentro y por fuera. Y nos ayudará a activar el tránsito intestinal si queremos perder peso de forma saludable.
En China el sésamo era fuente de longevidad, y en la India, de inmortalidad. Los faraones de Egipto tenían alto aprecio por las bondades de sésamo y lino, símbolo de vida. Los aztecas adoraban como algo sagrado el girasol. Y en África creían que la calabaza transportaba los buenos espíritus, que para los chinos era símbolo de salud y vitalidad. En Polonia llevan siglos cocinando riquísima repostería con semillas de amapola, que para los romanos era la mejor ofrenda para atraer las buenas cosechas. Y también los romanos, lanzaban las almendras en las bodas para desear fertilidad. Desde la antigüedad todas estas semillas se han asociado con riqueza, salud, y felicidad. A todo ello se le pueden sumar maníes tostados y pelados, nueces mariposa, macadamia o pecan y semillas de chia. Pero OJO! El consumo de la mezcla conteniendo maníes y nueces no debe exceder de un par de cucharadas de sopa en un vaso de yogur, donde deben hidratarse unos minutos o para darle salud, energía y consistencia a un simple caldo de verduras. . . .
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