viernes, 3 de septiembre de 2010

probando variaciones con masa de pizza

Obviamente hablo de la masa para pizza de blancaflor, que en su condición de tal tiene poco o nada de sabor. Mi primera prueba fue agregar un toquecito de pimienta (me encanta ese bouquet de pimientas negra, blanca y rosa), un toquecito de nuez moscada y queso rallado. Hice pizzetas. Ni las vi. . . .
Otro día y en tarde lluviosa, probé de agregar jengibre, un poco de edulcorante y fruta abrillantada. Armé bollitos que quedaron francamente muy interesantes, sobre todo por el toque perfumado del jengibre. Una merienda espectacular con un tecito saborizado a naranjas que encantó. La misma premezcla de Blancaflor con mi bouquet de pimientas, a lo que le agregué algo mas de polvo leudante y dejé descansar tapada con un paño húmedo y a la media hora agregué jamón crudo al que previamente había sarteneado hasta que quedó crocante. Vuelta a amasar dividirla en tres y con el rodillo dejar los tres bollos finitos. Aparte había fileteado unos cuatro dientes de ajo, cuando estuvieron doraditos, le agregué una cebolla cortada en plumas, y a eso le agregué un mazo de acelgas sin las pencas. Salpimenté, agregué algo de queso mantecoso, o port salut o de máquina. Cualquier queso me viene bien, inclusive el queso criollo. Dividí este relleno vegetal en tres y rellené las tres masas y armé unos calzones que fueron muy bien recibidos.
Con la misma premezcla, amigas investigadoras como yo, han hecho panes con un top de amapolas y sésamo, bastoncitos con jamón crudo o panceta para acompañar unas cervecitas, bollitos chiquitos con un corazón de queso, saborizados al anís.
El límite lo dá la imaginación. . .

No hay comentarios:

Publicar un comentario